miércoles, 16 de febrero de 2011

BATASUNA = SORTU = E.T.A.

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LOS NACIONALISMOS  MIMADOS

 

     El entreguismo solapado de los dos gobiernos socialistas de Zapatero, para con los partidos nacionalistas de la escena española culmina ahora, con un cruce de brazos y un mirar hacia otro lado ante la inminente reaparición de los etarras en una cita electoral. No satisfecho con los desmanes del BNG de Anxo Quintana durante la nefasta gestión del socialista Pérez Touriño en Galicia, ni con las estridencias y abusos de de ERC con su bufonesco Carod Rovira enquistado en el gobierno del Tripartito catalán, ahora el gobierno zapaterista apuesta por permitir bajo cuerda, la legalización de una agrupación política que representa los intereses de los terroristas vascos. La presentación hace unos días del nuevo partido, SORTU, con el que pretenden montar la escenografía de un cambio real, democrático y dentro del marco del derecho, no engaña a nadie que tenga dos dedos de frente. La presencia en primer plano de los históricos de Batasuna, como Iñigo Iruin y Rufino Etxebarría, quienes tomaron la palabra y presentaron los estatutos del partido, no hace sino confirmar lo que todos los ciudadanos de éste país saben, con excepción del gobierno y sus acólitos, que Sortu es Batasuna y Batasuna es ETA.

     No sería justo del todo,  pensar que Zapatero quiere la continuidad del terror etarra, no creo que la maldad pura se anide en él. Pero lo que si es verdad, es que su ambición y deseo de concluir a toda costa lo que resta de legislatura, le obliga a pactar con quien sea para conseguirlo. En éste caso, es el PNV, tradicional valedor de las aspiraciones independentistas en Euskadi, quien recoge la invitación de Zapatero y con sus escaños apoya, casi incondicionalmente, las propuestas y proyectos del gobierno. Digo casi incondicionalmente, por que sí que hay condiciones. Entre otras, el mantenimiento del statu quo con respecto a las exenciones y privilegios de que gozan las provincias vascongadas y Navarra, así como la tolerancia de asuntos tan espinosos como los cuarenta municipios que controla ANV, de facto o soterradamente, ante las amenazas de los abertzales al resto de los concejales socialistas y de otras agrupaciones, para que no se presentasen en los ayuntamientos. Incluso el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, a salido a defender la legalización de Sortu, presentándola como una agrupación responsable e imprescindible para la consecución de la pacificación en Euskadi. Sólo faltó que dijese, que Josú Ternera, Pernando Barrena, Arnaldo Otegi y demás asesinos, son excelentes personas y ciudadanos honorables.

     Ante las preguntas directas a los responsables de impedir que ETA vuelva a las instituciones, responden con un ambigüo e hipócrita “está en manos de los jueces”. Evaden de manera cobarde dar explicaciones, decir que no son los jueces quienes deciden. Ocultan maquiavélicamente, que los magistrados sólo pueden juzgar sobre la documentación que se les presente, que no tienen la facultad de pedir ningún documento más, que no pueden ordenar ninguna investigación complementaria. En suma, que resolverán con las magras aportaciones que la fiscalía general quiera darles, dejando en el camino el esforzado trabajo y las excelentes investigaciones de los cuerpos de seguridad del estado. De lograr Sortu la legalización antes de las elecciones de mayo, no dudemos que inundarán el país vasco con su parafernalia electoral, con sus actos de provocación, apología encubierta o descubierta, dará lo mismo, de las posiciones etarras. Y no sólo eso. Por ley tendrán derecho a ser financiados por el gobierno, gracias a la nefasta ley de partidos que les adjudica generosas subvenciones y privilegios a todas las organizaciones políticas. Esto significará, más o menos, que el gobierno premiará a los terroristas por serlo, por colocar bombas y asesinar a ciudadanos indefensos, por aterrorizar a una sociedad entera durante cuatro décadas, por burlarse de las víctimas y sus familias.

     Definitivamente, si ETA logra con el contubernio del gobierno volver a levantar su brazo político, estaremos más lejos de lograr su desaparición, de conseguir algo de justicia para quienes han caído combatiéndoles, para quienes han soportado amenazas y extorsiones. A veces pienso, si no sería mejor dejar que Euskadi se separe de España, que los vascos resuelvan sus propios asuntos y dejen de representar un continuo dolor de cabeza para la sociedad española. Así, ellos se harían cargo de liberar a sus pesqueros, como el “Alakrana”, rescatado con dinero español, de pagar sus contribuciones sanitarias pagadas actualmente con dinero español, dejarían de gozar de privilegios que no tienen el resto de los españoles. Pero ahí está el tema. Los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos, no desean independizarse de España. No quieren dejar de percibir los beneficios que sus posturas mafiosas y amenazantes les reditúan, quieren seguir metiendo mano a la caja del estado a coste cero. No les importa ni la independencia, ni sus ciudadanos ni nada que no sea engordar sus cuentas bancarias y las de sus allegados, porten armas o no. Mientras se sucedan gobiernos centrales incapaces, colaboradores y entreguistas, seguirá existiendo ETA como empresa redituable y boyante. Si lo que me extraña es que no tengan más franquicias diseminadas por todo el país.

 

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lunes, 14 de febrero de 2011

AGENCIA TRIBUTARIA vs ECONOMIA SUMERGIDA

 

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¿FRAUDE O SUPERVIVENCIA?

     La reciente declaración del ministerio de economía, en el sentido de perseguir “hasta las últimas consecuencias” el fraude fiscal, denominado comúnmente economía sumergida o trabajo en negro, tiene como fin incrementar la recaudación para las arcas del Estado a toda costa, sin importar para nada los recursos que tenga que destinar para tal fin. Uno de esos recursos, es dotar a las delegaciones de economía de un mayor número de inspectores, los cuales tendrán la consigna de salir a las calles y perseguir cualquier indicio de actividad económica no declarada y actuar en consecuencia, es decir, levantar multas y sanciones que se reflejen al final, en un edificante tintineo de dinero para la caja pública. Todo eso está muy bien como teoría enmarcada en un marco de equidad, el cual es obvio que no existe dada la desigualdad de oportunidades que campa en el horizonte. Con una cifra cercana a los cinco millones de parados, con la supresión de la prestación de 426€ de la que dependen casi un millón de desempleados y las pocas, por no decir nulas, oportunidades en el desfallecido mercado de trabajo, no es de extrañar que las personas se aboquen a conseguir el sustento diario de la forma que sea. Para una persona sin trabajo, con la obligación de pagar las facturas que mes a mes llegan fijo y enfrentar la diaria odisea de poner algo en la mesa, no es ningún dilema moral el realizar una ocupación, no declararla ganarse un dinerillo limpio de polvo y paja, y no compartirlo con el gobierno.

     Todos conocemos a personas que, viéndose sin ingresos fijos o muy escasos, deciden tomar el toro por los cuernos y sacarle partido a sus habilidades y talentos, ya sea dando clases particulares de idiomas, manualidades, masajes, canguros, haciendo pequeños arreglos de ropa, muebles o reparaciones menores en casas. También hay pequeñas empresas y trabajadores autónomos, que sufren cada final de mes para sufragar los gastos de su actividad y pagar los impuestos respectivos a la hacienda pública, y que necesariamente recurren a la práctica de no emitir alguna factura o maquillar un poco el coste real, para tener la oportunidad de llegar al siguiente mes sin cesar la actividad. El gobierno parece olvidar que, hasta el año pasado las administraciones públicas adeudaban casi trece mil millones de euros a innumerables empresas de todo tipo, mismas a las que exigían sin rubor alguno el pago de impuestos y contribuciones sin aplazamientos, so pena de hacerse acreedores de multas y recargos. Si el ministerio de economía y hacienda quiere perseguir el fraude, ya puede empezar por todos los niveles gubernamentales, quienes practican la morosidad a escala superlativa defraudando a cientos de empresas que realizan obras y servicios para los diferentes gobiernos autonómicos y municipales, así como al sistema bancario cuyo rescate financiero se realizó con dinero público y con unas condiciones sumamente laxas y flexibles, tanto que muchos bancos aún no regresan el dinero que se les prestó y otros como BBVA y Santander, anuncian con bombo y platillo los miles de millones de euros que han ganado en plena crisis, especulando para ello con el dinero de sus clientes.

     Y eso no es todo. La última perla del gobierno, a sido permitir a las autonomías a seguir endeudándose hasta las cejas a costa del erario público, todo con el fin de no detener su inaceptable e inmoral tren de vida. A ningún político, del color que sea, se le pasa por la cabeza reducir el oneroso estilo de gobernar que campa a sus anchas por todo el país. Gastar, gastar y más gastar, pero no en hospitales, ni tampoco en escuelas, mucho menos en aumentar el salario a médicos, profesores y operarios. De aumentar las plantillas de trabajadores ni hablamos, pues no hay dinero para fomentar el empleo, primero hay que asegurar los escandalosos sueldos de diputados, senadores, ministros, secretarios de estado, alcaldes y ediles. Primero hay que llenar la caja de la financiación de partidos para que De Cospedal cobre 250 mil euros todos los años, primero hay que sostener los innumerables “gürtel” para los amiguetes y compadres, primero hay que inyectar millones de euros en producir un cine que nadie ve, a cambio de los aplausos y apoyo del gremio artístico, primero hay que subvencionar a los sindicatos que mantienen a la masa aborregada. Al resto que les den morcilla. Eso sí, la costurera que cose el vestido o el pantalón en su casa para pagar el abusivo aumento de la factura de la luz, o el albañil improvisado que repara un desconchón en la casa del vecino y la pedagoga en paro que da clases particulares en el salón de su casa para llegar a fin de mes, tendrán que declarar sus míseros ingresos y separar el porcentaje correspondiente para engordar las arcas del estado. A los beneficiarios del pelotazo urbanístico, cuyos dineros están a buen recaudo en los paraísos fiscales, no molestarlos, a los grandes empresarios que deslocalizan capitales y los llevan a otros países sin declararlos, no molestarlos, a los nobles y terratenientes que reciben subvenciones de la UE, no molestarlos. Si éste es el criterio recaudatorio del gobierno, no nos extrañe que cualquier día recuperen la tradición medieval de acudir con un carromato y cuatro guardias, y arramblar con las posesiones del desdichado sujeto que no tenga para pagar los impuestos.

     El acoso que veremos en los siguientes días, no será muy distinto al que sufrió Mohamed Bouazizi en Túnez al serle decomisado su humilde puesto de verduras y que desencadenó la rebelión que recorre el mundo musulmán. Esperemos que ningún pequeño empresario, autónomo, o simple currante que se busca la vida como puede, tenga que inmolarse a lo bonzo para que el gobierno entienda que de las piedras no se obtiene agua sino sangre. O tal vez, eso es lo que falta para que despertemos del letargo en que la civilización nos tiene sumidos.