Las tan cacareadas reformas a los estatutos del PP, así como su famoso código de ética y buenas prácticas, se han quedado sólo en intenciones, que no podemos decir que son buenas, las intenciones, por que a la vista de todos es obvio que se trató de un farolazo, de una intentona cutre para maquillar el rostro de la corrupción que les corroe como partido y como políticos. La aceptación de las listas electorales del PP, dónde aparecen sin rubor alguno personajes imputados en actos de corrupción, sobre todo en la comunidad valenciana, pone de manifiesto el nulo respeto que la agrupación conservadora siente por la sociedad. Esa misma sociedad a la que dice querer representar y “salvar” de la debacle socialista del gobierno, pero a la que al mismo tiempo, no deja de robar y engañar impunemente todos los días. Lo más lamentable de la engañifa que representan, es que verdaderamente creen que son una opción de cambio, que la ciudadanía los respaldará en sus proyectos políticos, los cuales no conocemos por que aún no dicen cuáles son esos proyectos.
Y es que en parte tienen razón. En lo de que posiblemente puedan acceder al gobierno, no en que sean una opción de cambio. La segunda legislatura del gobierno socialista es un auténtico desastre. Aunque en el aspecto económico no hayan sido ellos los culpables de la crisis, ya que ésta es mundial, si que son responsables de hacer una mala lectura de la misma, así como de gestionar sus devastadores efectos de la manera más cobarde y clientelista con los poderes económicos mundiales, es decir, recortando beneficios sociales y laborales de la mayoría de los ciudadanos y otorgando miles de millones para rescatar a grandes empresas y grupos financieros culpables, éstos si, de la crisis económica internacional. En el aspecto social, la errática política del gobierno en materia penal, comercial y de servicios, mantiene a las personas insatisfechas con el trabajo realizado. Los continuos bofetones a la justicia, véase caso Marta del Castillo, Mariluz Cortés o De Juana Chaos, no dan esperanza a la ciudadanía de que se castigue a los criminales y sí a las víctimas.
En el aspecto comercial y de servicios, la autocomplacencia de las administraciones de todos los niveles, así como su nula efectividad a la hora de tramitar expedientes, permisos, licencias, etc., así como el descarado aumento de impuestos y tasas por todo y para todo, no hacen sino deprimir el acceso de PYMES y particulares, a los beneficios y facilidades necesarios para abrir y mantener funcionando los negocios. Todo éste cúmulo de problemas y situaciones sin resolver, son los que finalmente pueden pasar la factura al PSOE en las urnas. No han querido hacer reformas políticas y sociales de gran calado, no se han atrevido a modificar la constitución ni reformar el código penal para favorecer a la mayoría contra los criminales o los dueños del poder económico. Se han limitado a ver los toros desde la barrera. No han tenido el valor de arriesgarse a perder el poder y los privilegios, para fungir verdaderamente como servidores públicos y hacer el trabajo para el que fueron elegidos y por el que cobran muchísimo dinero.
La casta política es una letrina de contenido inacabable e incontenible. Todos los días nos enteramos de una nueva corruptela, peor que las anteriores y los protagonistas son siempre los mismos. Personajes de infame calaña como Cháves o Camps, pasean sus miserias sin vergüenza ninguna y hasta se atreven a sentirse ofendidos en su honor, con el respaldo de sus correligionarios y líderes, quienes ven honradez donde sólo hay corrupción y nepotismo. De los eurodiputados, baste decir que son el culmen de la insaciable avaricia de los políticos, nefastos en sus palabras y en sus actos, hambrientos de privilegios a cambio de “arduas” jornadas de trabajo presionando botones y bebiendo martinis, acompañados de su corte particular, en la que se incluyen parientes, amigos y hasta amantes. La letrina se desborda por momentos con las apariciones públicas de los políticos en campaña, deseosos de agradar y atraer a los votantes, de exhibir la mugre de los adversarios a grito pelado mientras se sacuden las heces que les llegan hasta las rodillas.
Lo que pase después del 22 de Mayo, sólo será una pequeña muestra de lo que nos espera en el 2012, cuando se realicen las elecciones generales. Y mucho me temo que la letrina no podrá albergar ya tanta mierda.
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