sábado, 14 de abril de 2012

EL REY DESNUDO


REAL INFAMIA


     La sospechosa ausencia del rey de España durante los últimos quince días, se ha debido a una muy real costumbre, arraigada en sus muchos años de parásito social: la cacería. El monarca de los españoles, el mismo que nos larga la charla los fines de año, con la milonga de que se preocupa por los jóvenes en paro, las personas desahuciadas de sus casas, los ancianos sin recursos, etc., se lanza alegremente a un país africano, Botswana para ser precisos, y se pone a disparar a todo bicho que tenga la mala fortuna de cruzarse en su camino.

     El mismo rey, que puesto contra las cuerdas por los trapicheos y chanchullos de su yerno y su hija, Urdangarín y la "infanta" Cristina, el mismo soberano irresponsable que es aplaudido a rabiar por la cobarde y lamebotas clase política, es el mismo asesino que se esconde tras la careta de un "deportista", que viaja por el mundo en busca de presas que cazar. Con los gastos pagados por supuesto. Mismos que son cubiertos con los impuestos que pagan, sin opción alguna de evitarlo, los curritos prisioneros de la nómina y las subidas salvajes del IRPF.

     Es éste el mismo borbón, que se explaya sin complejos ante la opinión pública, para decir a los cuatro vientos y a los cuatro puntos cardinales, que la ley es igual para todos, menos para él y su larga parentela de borbónicos allegados. El mismo abuelo cariñoso y dedicado, que prefiere seguir exterminando animales indefensos, antes que volver a España para preocuparse del estado de su nieto mayor, herido por practicar las mismas aberrantes aficiones del abuelo.

     Es éste, el que pide ser ejemplar y que al mismo tiempo no da ejemplo de nada bueno. Primero que nada, no da cuenta de sus actos y se ufana de ello, restregándonos en la cara su impunidad a cada momento. El mismo que, al tener conocimiento de las actividades ilícitas de su yerno y su hija, prefiere echar tierra al asunto y enviarles, vía el favor de sus contactos en Telefónica, fuera del país antes que entregarlos a la justicia, encubriendo la comisión de varios delitos. Ha sido padre antes que jefe del estado, lo que debería bastar para que abdicase o renunciase a su cargo, el cual no es de elección popular, sino otorgado por la última voluntad de un dictador.

    Es, en fin, el mismo que nos pide austeridad y apretarnos el cinturón por la crisis, pero que al mismo tiempo se permite dilapidar el dinero que "generosamente" le otorga el gobierno con el dinero de los ciudadanos. El mismo que ha visto "reducido" su millonario y oscuro presupuesto, solamente en un 2%, mientras la educación y sanidad de sus súbditos o mejor dicho siervos, se reduce un 25%. Pero él no se priva de gastar alegremente más de 100 mil euros en su cacería privada, pagándo hasta 20 mil euros por un elefante, especie protegida y en peligro de extinción.

     Y para colmo, sufre un accidente y se lesiona la cadera. Entonces sí que vuelve a España como un rayo para ser intervenido quirúrgicamente y que le pongan una prótesis de alta especialización, de las caras, que no vamos a escamotear lo mejor para el rey. Mientras los ciudadanos que pagan impuestos, hacen esperas de meses, incluso años, para que les den consulta y los operen de sus dolencias graves. Muchos mueren antes de recibir una atención médica por la que ya han pagado, después de muchos años de cotizar a la S.S. 

     Ése es el rey. Un rey desnudo.

domingo, 1 de abril de 2012

DE LA MITOMANÍA AL ALZHEIMER

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DE ZAPATERO A RAJOY

     Si nos hicieron falta casi dos legislaturas, para darnos cuenta de la incapacidad y mitomanía del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, solamente nos han bastado algo más de tres meses para conocer las intenciones del actual presidente, Mariano Rajoy Brey. Las continuas y sostenidas negativas de Zapatero, para aceptar la crisis económica mundial y mentir, sobre las expectativas que acechaban a España, condujeron a una debacle social y económica de fatales consecuencias para el país. Aunque es evidente que la culpa de la crisis no era suya, sí es responsable de mentir sobre la misma y de no actuar con la rapidez que la situación ameritaba. Además de que la gestión, una vez reconocida la crisis, ha sido una de las más nefastas que se recuerden en país alguno. Al final, la crisis y su ineficacia al frente del gobierno,  le costaron la reelección a un tercer mandato y a su partido, el PSOE, la derrota electoral del 20 de Noviembre de 2011.

     Ésas elecciones las perdió el partido socialista, castigado por la ciudadanía, harta y necesitada de esperanzas, ante un presente negro y un futuro impredecible. La insatisfacción y ansiedad de la sociedad, fue aprovechada por el PP, en la oposición. En base a un discurso machacón y monótono, desde finales del 2007, el partido de la derecha con su líder Mariano Rajoy a la cabeza, se dedicaron a entorpecer y criticar al gobierno, a crispar el ambiente social de manera torticera y rastrera, con la mira puesta en las cercanas elecciones y hacerse nuevamente con el poder. El discurso tremendista y agresivo de la cohorte derechista, prendió de manera inevitable en una sociedad poco formada políticamente, acostumbrada a relegar sus libertades en manos de la clase política y ávida de conseguir un cambio en el país.

     De nada importaba que el pretendido cambio, lo liderara el partido con más imputados por casos de corrupción, enriquecimiento y tráfico de influencias. Que sus filas estuviesen plagadas de políticos de pro, de ésos que nunca en su vida habían trabajado en otra cosa, que no fuera el politequeo y el vivir del cuento y del presupuesto. Tampoco importaba, que ése partido se camuflase bajo una piel de oveja y dijera representar a la clase trabajadora, cuando se relamía los colmillos ante la próxima victoria. Durante toda la campaña electoral previa, los mítines y fastuosas reuniones, eran el marco perfecto para diseminar el mensaje de cambio, de recuperación económica, de creación de de 600 mil puestos de trabajo el primer año, según Esteban González Pons, uno de los más agresivos oradores del PP. Todos los capitostes y mercenarios políticos, se afanaban por difundir las bondades y beneficios de votar al candidato Rajoy.

     Al final, como era de esperarse, el PP barrió al PSOE. No por cantidad de votos obtenidos, pues obtuvo casi los mismos que las elecciones anteriores, sino por el número de diputados conseguidos y que le otorgaban la mayoría en el congreso. El engaño había funcionado a la perfección y Rajoy tenía a España en el bote. El siguiente paso, olvidar lo prometido. De repente, el Alzheimer se apoderó de todos los que antes prometían y juraban defender al pueblo, a los trabajadores. Nunca como ahora, el conocido refrán “Dónde dije digo, digo Diego”, se podría aplicar como ahora. Lo que antes pregonaban como cosa diabólica, el aumentar los impuestos, ahora resultaban ser “ajustes inevitables”. Aquello que satanizaban, recortes sociales en educación y sanidad, ahora resultaban ser…Sorpresa! “ajustes inevitables”. Una reforma laboral que facilitase el despido, era cosa “non sancta”, pecado mortal. Pero ha sido su sesuda y bien pensada reforma laboral, la que abarata el despido, precariza el empleo y favorece ampliamente a las grandes empresas. También, claro está, era un “ajuste inevitable”. Los 600 mil empleos de González Pons, se convertirán en algo más de 700 mil parados más, según sus propias previsiones

     Lo que tienen las hemerotecas, es que son muy traicioneras. Todo queda grabado en audio y video, en tiempo real, por lo que no hay sitio para argumentar manipulaciones. Han quedado retratados como lo que son, unos mentirosos y manipuladores. Sedientos de poder y privilegios, han echo lo posible y lo imposible, para conseguir sus fines. ¿Mentir? Por supuesto. ¿Olvidar? También. Pero el pueblo, que les votó con el estómago, antes que con la cabeza, ha rectificado un poco si cabe. Las elecciones en Andalucía y Asturias, han dado un serio correctivo a los sucios manejos de Rajoy, negándoles el triunfo total en el país. Una huelga general cocinada al vapor, también ha supuesto una reacción, algo tímida, ante los desmanes del gobierno. En 100 días, Rajoy a mostrado sus cartas, su juego. Mismo que ocultó taimadamente a la sociedad.

     Dos enfermedades crónicas e irreversibles: La Mitomanía y el Alzheimer. Promesas y olvidos. Algo de lo que saben mucho, los políticos vomitivos que nos gobiernan.