domingo, 1 de abril de 2012

DE LA MITOMANÍA AL ALZHEIMER

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DE ZAPATERO A RAJOY

     Si nos hicieron falta casi dos legislaturas, para darnos cuenta de la incapacidad y mitomanía del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, solamente nos han bastado algo más de tres meses para conocer las intenciones del actual presidente, Mariano Rajoy Brey. Las continuas y sostenidas negativas de Zapatero, para aceptar la crisis económica mundial y mentir, sobre las expectativas que acechaban a España, condujeron a una debacle social y económica de fatales consecuencias para el país. Aunque es evidente que la culpa de la crisis no era suya, sí es responsable de mentir sobre la misma y de no actuar con la rapidez que la situación ameritaba. Además de que la gestión, una vez reconocida la crisis, ha sido una de las más nefastas que se recuerden en país alguno. Al final, la crisis y su ineficacia al frente del gobierno,  le costaron la reelección a un tercer mandato y a su partido, el PSOE, la derrota electoral del 20 de Noviembre de 2011.

     Ésas elecciones las perdió el partido socialista, castigado por la ciudadanía, harta y necesitada de esperanzas, ante un presente negro y un futuro impredecible. La insatisfacción y ansiedad de la sociedad, fue aprovechada por el PP, en la oposición. En base a un discurso machacón y monótono, desde finales del 2007, el partido de la derecha con su líder Mariano Rajoy a la cabeza, se dedicaron a entorpecer y criticar al gobierno, a crispar el ambiente social de manera torticera y rastrera, con la mira puesta en las cercanas elecciones y hacerse nuevamente con el poder. El discurso tremendista y agresivo de la cohorte derechista, prendió de manera inevitable en una sociedad poco formada políticamente, acostumbrada a relegar sus libertades en manos de la clase política y ávida de conseguir un cambio en el país.

     De nada importaba que el pretendido cambio, lo liderara el partido con más imputados por casos de corrupción, enriquecimiento y tráfico de influencias. Que sus filas estuviesen plagadas de políticos de pro, de ésos que nunca en su vida habían trabajado en otra cosa, que no fuera el politequeo y el vivir del cuento y del presupuesto. Tampoco importaba, que ése partido se camuflase bajo una piel de oveja y dijera representar a la clase trabajadora, cuando se relamía los colmillos ante la próxima victoria. Durante toda la campaña electoral previa, los mítines y fastuosas reuniones, eran el marco perfecto para diseminar el mensaje de cambio, de recuperación económica, de creación de de 600 mil puestos de trabajo el primer año, según Esteban González Pons, uno de los más agresivos oradores del PP. Todos los capitostes y mercenarios políticos, se afanaban por difundir las bondades y beneficios de votar al candidato Rajoy.

     Al final, como era de esperarse, el PP barrió al PSOE. No por cantidad de votos obtenidos, pues obtuvo casi los mismos que las elecciones anteriores, sino por el número de diputados conseguidos y que le otorgaban la mayoría en el congreso. El engaño había funcionado a la perfección y Rajoy tenía a España en el bote. El siguiente paso, olvidar lo prometido. De repente, el Alzheimer se apoderó de todos los que antes prometían y juraban defender al pueblo, a los trabajadores. Nunca como ahora, el conocido refrán “Dónde dije digo, digo Diego”, se podría aplicar como ahora. Lo que antes pregonaban como cosa diabólica, el aumentar los impuestos, ahora resultaban ser “ajustes inevitables”. Aquello que satanizaban, recortes sociales en educación y sanidad, ahora resultaban ser…Sorpresa! “ajustes inevitables”. Una reforma laboral que facilitase el despido, era cosa “non sancta”, pecado mortal. Pero ha sido su sesuda y bien pensada reforma laboral, la que abarata el despido, precariza el empleo y favorece ampliamente a las grandes empresas. También, claro está, era un “ajuste inevitable”. Los 600 mil empleos de González Pons, se convertirán en algo más de 700 mil parados más, según sus propias previsiones

     Lo que tienen las hemerotecas, es que son muy traicioneras. Todo queda grabado en audio y video, en tiempo real, por lo que no hay sitio para argumentar manipulaciones. Han quedado retratados como lo que son, unos mentirosos y manipuladores. Sedientos de poder y privilegios, han echo lo posible y lo imposible, para conseguir sus fines. ¿Mentir? Por supuesto. ¿Olvidar? También. Pero el pueblo, que les votó con el estómago, antes que con la cabeza, ha rectificado un poco si cabe. Las elecciones en Andalucía y Asturias, han dado un serio correctivo a los sucios manejos de Rajoy, negándoles el triunfo total en el país. Una huelga general cocinada al vapor, también ha supuesto una reacción, algo tímida, ante los desmanes del gobierno. En 100 días, Rajoy a mostrado sus cartas, su juego. Mismo que ocultó taimadamente a la sociedad.

     Dos enfermedades crónicas e irreversibles: La Mitomanía y el Alzheimer. Promesas y olvidos. Algo de lo que saben mucho, los políticos vomitivos que nos gobiernan.

 

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