domingo, 18 de marzo de 2012

EL CORTIJO ANDALUZ


LOS SEÑORITOS DE POSTIN

     El último reino moro en la península ibérica, el de Granada, cayó en manos cristianas en un lejanísimo 1492.  Desde entonces, la historia del viejo Al-Andalus reconvertido en Andalucía, se ha visto jalonada por innumerables sucesos que nos narran el expolio y saqueo de ésa tierra, por parte de una nobleza rapaz e insaciable. Luego vinieron, en las postrimerías del siglo XIX, unos nuevos personajes llamados políticos. Y desde entonces no se han ido. Su rapacidad y ansias de poder y de dinero, han superado desde entonces todo lo imaginable. Medio escondidos durante la etapa franquista, urdieron una maraña de relaciones y contactos, tendientes a hacerse con el poder apenas Franco la palmase. Se repartieron alegremente el botín, conformando unos modernos reinos de taifas, las autonomías, y Andalucía le tocó en suerte a los socialistas. Luego el paripé del estatuto de autonomía y demás chanchullos que les otorgaban el poder omnímodo de hacer y deshacer a su antojo.
    
     Para aparentar "democracia", compartieron el pastel con otros grupos de políticos, principalmente con uno denominado Alianza Popular, conocido posteriormente como PP, al que permitieron acomodarse en algunos municipios importantes y disfrutar de los mismos privilegios y prebendas. Hasta aquí, todo era jauja. Hasta que llegó la crisis, desaceleración, recesión o como quieran llamarle éstos granujas, todos, a que nos ha conducido el despilfarro, la corrupción y la falta total de valores éticos a la hora de gestionar el dinero de los contribuyentes. Ahora, el campo de batalla político ni siquiera es ideológico, sino demagógico. Los modernos señoritos andaluces, dueños del cortijo privado en que se ha convertido Andalucía y España entera, se enfrentan para dirimir el asunto de ¿gobernar? a la áutonomía más poblada de España.

     Griñán y Arenas. Arenas y Griñán. Así, sin nombres propios, pues no hacen falta para conocerlos y saber sus intenciones. El socialista, heredero de uno de los mayores buitres que haya conocido España, Cháves, pretende renovar su herencia y, al mismo tiempo, perpetuar el estado de atonía social, educativa y económica de una comunidad empobrecida y expoliada durante siglos. Los escándalos de corrupción de importantes miembros de su partido, el PSOE, no contribuyen mucho a ensalzar su imagen. Pero el popular Arenas, perpetuo candidato a presidir la junta andaluza, tampoco tiene un bagaje, ni una historia política digna de reconcimiento. Enchufado a la teta del presupuesto, ora como concejal, ora como diputado y ministro, no conoce otra forma de vida, que la de extender la mano y recibir el dinero de los ciudadanos. Y ahora tiene la oportunidad de comerse un pastel de tales proporciones, que supera por mucho su capacidad carroñera.

     El pueblo andaluz, sufrido como el resto de los españoles, tiene en sus manos cambiar su destino. Las recientes políticas fiscales del actual gobierno, del PP, los recortes y reducciones de las prestaciones sociales, el empobrecimiento acelerado de las clases medias en favor de un empresariado y una banca voraces, más los rampantes casos de corrupción de uno y otro partido, harían pensar en una concienciación de la sociedad. Por desgracia, las encuestas y sondeos de intención del voto, dan como ganador a uno u otro de los "señoritos cortijeros". Ojalá el 25 de Marzo, sea la fecha en que la ciudadanía dé la espalda a éstos ladrones y mitómanos consumados y voten por otra agrupación política, la que sea. Aunque la tendencia de los últimos tiempos, poco espacio deja para la esperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario