LA NEODEMAGOGIA DE FLOR Y ANO
La carrera política de Carlos Flor y Ano, está subiendo como la espuma de un detergente barato, merced a la gran facilidad que tiene para decir tonterías y chorradas, un día si y al otro también. Al parecer, es ésta una condición imprescindible en el PP, para progresar dentro de las filas del partido y acceder a los más altos puestos de dirección. Diputado gracias a las listas cerradas del sistema político, pues en Extremadura no ganó ninguna de las elecciones a que se ha presentado, ha conquistado por capacidad propia y con la aquiescencia de Plas-mariano, el derecho de salir a la palestra y decir burradas, representando el "pensamiento" ideológico del partido im-popular, sin cortarse un pelo y sin inmutarse lo más mínimo, ya sea en la televisión pública o mejor dicho, la televisión del gobierno, donde incluso la presentadora no ha podido disimular una sonrisa de conmiseración, hasta las cabinas radiofónicas y los programas de tertulianos a que le han invitado como "voz autorizada" del gobierno.
Pero el culmen de su capacidad infinita para la estulticia y la mentira, han sido sus últimas declaraciones, hace apenas un par de días, en el sentido de que las políticas del gobierno y su partido, la "divina bicefalia", son las más bondadosas y samaritanas con los ciudadanos, en toda la Historia de la democracia y a la vez asegura, que todos los movimientos sociales surgidos para defenderse de ésas políticas, no persiguen otra cosa que llevarnos al caos y que la PAH y demás asociaciones, no les importan nada las personas a quienes dicen defender. Pero la estrategia de Flor y Ano y la cúpula de su partido, tiene más de dos mil años de recorrido y no aporta nada nuevo. Aristóteles ya la describía como "demagogia" (demos=pueblo y agein=dirigir) una estrategia para conseguir el poder político, mediante la manipulación de la opinión popular. La definición aristotélica exacta era, "la forma corrupta y degenerada de la democracia". Y en el PP, algo saben de corrupción y degeneración política. Además, Flor y Ano recurre a otro truco ancestral, "demonizar" al oponente. Es decir, asociar ideas y valores negativos con las personas o grupos contrarios, llamándoles filoetarras, violentos, antisistema, antidemocráticos, etc. Todo ello, con la finalidad de crear prejuicios en el resto de la ciudadanía, que aún no se decide a tomar partido por defender sus derechos y libertades.
Además, Flor y Ano, el neodemagogo de pacotilla, se escuda en la supuesta "legitimidad" de los votos que obtuvo el PP en las elecciones y que según su particular interpretación de la democracia, les supone un cheque en blanco para hacer y deshacer a su antojo, ya que "las urnas han hablado" y convierte en cómplices a los once millones de ciudadanos que confiaron en el PP, para reflotar la complicada situación del país, convirtiendo la actual legislatura en una auténtica tiranía que no responde ante nadie, ni siquiera ante sus votantes, muchos de ellos desencantados e irritados, que los llevaron en volandas al poder. Éstos demagogos y tiranos, se han arrogado el derecho de interpretar, a su modo claro, los deseos y aspiraciones de la sociedad, confiscando al más puro estilo medieval, la soberanía y el poder, que teóricamente pertenecen al Pueblo. La demonización del oponente primero y el victimismo patético después, vertebran la estrategia demagógica del gobierno, a través de la meliflua personalidad de Flor y Ano, ante la espantada de la Cospe después de su "simulación en diferido", con la finalidad de aguantar el chaparrón que tienen encima y sacudirse la presión social de una ciudadanía harta de las mentiras de Plas-mariano y su séquito de aduladores y demagogos de chichinabo.
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