miércoles, 1 de febrero de 2012

DE PROGRAMAS ELECTORALES Y OTRAS MENTIRAS

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     El tan cacareado y publicitado programa electoral del PP, el cual se comprometían una y otra vez a respetar y sostener formalmente, con todas sus fuerzas, sin cortapisas ni componendas, ha resultado ser otra mentira más de las muchas que adornan su vasto currículum de mitómanos crónicos. No solamente han incumplido sus promesas, sino que han ido más allá y se burlan abiertamente de la sociedad, empezando por sus propios votantes. Es obvio que el perfil de votantes del PP no es homogéneo, pues no se compone exclusivamente de magnates ni de grandes empresarios, aristócratas y banqueros. Hay un porcentaje mayoritario de ciudadanos de buena fe, trabajadores, gente del campo, pensionistas y autónomos, que confiaban en los postulados del partido conservador, ya sea por afinidad ideológica o simpatías latentes, pero que a nivel económico se acercan más a las clases medio bajas y bajas.

     Han sido esas personas, ciudadanos normales y corrientes, los que auparon a Rajoy al poder con sus votos. Personas cuya ingenuidad o auténtica creencia en que cambiarían las cosas con un cambio de gobierno, dieron su confianza al PP y se lanzaron en picado a meter papeletas en las urnas azules. Lo que no imaginaban, era que la mentira disfrazada de verdad y de cambio, lanzada meses anteriores a las elecciones generales, les explotaría en la cara apenas un par de semanas después del cambio de inquilino en la Moncloa. Convenientemente desaparecido después del triunfo electoral, Rajoy corrió a Berlín a bajarse los pantalones frente a Merkel y Sarkozy, asegurando que España cumpliría con sus compromisos de bajar el déficit, al coste que fuera, incluso al de hundir en la miseria a las PYMES, trabajadores autónomos, obreros y pensionistas del país.

     Casualmente éstos mismos postulados eran los del PSOE. Así que el único cambio fue el de gobierno, el de unos caraduras por otros iguales o peores. El primer regalito envenenado fue la subida de impuestos, vía IRPF, es decir de aquellos que declaran todos sus ingresos y no defraudan al fisco con las SICAV, cuya estructura defraudatoria y ocultista no ha sido tocada. Tampoco los bancos han sufrido ningún contratiempo, sus ganancias se multiplican con la complicidad del Banco de España y del BCE, que presta alegremente 500 mil millones a los bancos al 1%, para que éstos compren deuda española al 5%, con los grandes beneficios que eso reporta. Mientras los desahucios continúan, las familias no pueden pagar y son lanzadas a la calle, con el beneplácito de una legislación cobarde y cómplice, a la que el actual gobierno no tiene intenciones de cambiar una coma.

     Mentiras y más mentiras, sin que haya forma alguna de que Rajoy comparezca ante el Congreso y explique éstas medidas, sin que acepte preguntas en las ruedas de prensa, sin que escape de su rostro esa sonrisa hipócrita que lleva a todas partes, ufano y soberbio. Mientras tanto, los ricos se descojonan y se felicitan. Las ventas de coches de superlujo, yates, mansiones, joyas y demás, no han parado de subir. Los capitales que deberían tributar en España, duermen y engordan en los paraísos fiscales, merced al saqueo de las arcas públicas y a la explotación que de la sociedad hacen magnates, políticos y hasta la casa real. ¿Que los ricos iban a pagar más impuestos? Ésas si que son mentiras y de las gordas.

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