GOBIERNO MANIPULADOR
La casta política en general y cuando gobierna en particular, posee uno de los más altos grados de manipulación mediática de que se tenga conocimiento. Según Noam Chomsky, filósofo y activista norteamericano, el poder gubernamental, sea de la ideología que sea, utiliza de manera generalizada, todos los métodos que estén a su alcance para manipular a la opinión pública y conducirla hacia los derroteros que convengan a sus intereses. Chomsky habla de 10 estrategias para tal fin, siendo las siguientes dos, las más importantes a mi forma de ver. La primera, es la manipulación de la Educación. Encaminada a mantener a la sociedad en una permanente ignorancia y mediocridad, haciendo que la gente sea incapaz de comprender las tecnologías y métodos encaminados a sujetarlos al control gubernamental. La clave está, en que la calidad educativa que se ofrece al grueso de la población, sea de lo más pobre y mediocre, tanto en recursos materiales, como en recursos humanos. De tal manera, que la brecha entre las clases inferiores y superiores se mantenga y amplíe, haciendo imposible que los de abajo alcancen a los de arriba. Para muestra, varios botones. A pesar de la evidente fragilidad del sistema educativo español, los diferentes gobiernos que han pasado y estan en la Moncloa, han favorecido y favorecen a los centros educativos privados y concertados, en detrimento de los centros públicos. Las subvenciones, ayudas y privilegios a la empresa privada que gestiona dichos centros educativos, ayudan a preservar la desigualdad de oportunidades entre las clases superiores y las inferiores, provocando la desastrosa situación educativa que nos coloca a la cola de Europa. Los continuos cambios en los programas de estudio, las reformas educativas al servicio ideológico del gobierno de turno y los recortes en los recursos, no pronostican nada bueno para la Educación en España.
La segunda estrategia, es el Control Social, para lo cual utilizan la distracción como herramienta principal. Ello consiste, en mantener y desviar la atención de la sociedad, de los asuntos verdaderamente relevantes, de las actuaciones de las élites políticas y financieras, mediante la proyección de noticias e informaciones insignificantes, para mantener cautivadas a las masas sociales incultas e ignorantes, con temas sin importancia real, pero que hacen mucho ruido. A ésto se le denomina, aborregar a las masas. Para ejemplo, un par de botones mas. El caso Bárcenas, con todo el revuelo mediático que provoca, desvía la atención de la mayoría en el sentido de que parece un problema del PP, con sus estrambóticas novedades y patéticas explicaciones de la Cospedal y demás capitostes del partido popular, quienes salen a comerse el marrón con tal de salvaguardar al presidente del gobierno, Rajoy, quien a su vez es presidente del partido y así, desmarcar al gobierno del rocambolesco asunto del ex tesorero. Otro caso similar, es el de la cortesana y amiga del rey, Corinna Wittgenstein, a quien han señalado como una de las responsables de los chanchullos y choriceos de Urdangarín, precisamente para quitarle peso a la responsabilidad que tenga el borbón en los casos de corrupción y tráfico de influencias, con los negocios de su yerno. Toda la carga mediática se traslada a la conseguidora danesa y se desvía la atención de un monarca viejo y acabado, para que intente capear el temporal que tiene encima y mantener la corona sobre su testa, el tiempo suficiente para pasarla a su parásito heredero.
Todo eso se cocina en los consejos de ministros de los viernes, además claro está, de otras estrategias más mundanas, como cuál es la mejor manera de seguir exprimiendo a los contribuyentes, qué recortes han de hacerse en la sanidad, cuánto más hay que subir los copagos a los ciudadanos, cómo van a tapar el nuevo agujero de Bankia y dónde van a colocar a la ministra Mato, para que no siga poniendo su careto de anencefálica cuando le preguntan por el jaguar de su garaje. Para ello, siguen despidiendo maestros y catedráticos, además de aumentar las transmisiones de sálvame y gran hermano. Ya lo escribió el poeta Juvenal, allá por el siglo I: Al pueblo pan y circo. Aunque ahora mismo, hay más de lo segundo que de lo primero.
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