lunes, 27 de junio de 2011

EL AVISPERO VASCO

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     ASCO DE POLÍTICA

     La legalización de las listas de Bildu, su participación en las elecciones del 22M y su posterior presencia en más de un centenar de ayuntamientos vascos, entre ellos uno tan importante como San Sebastián o la Diputación de Guipúzcoa, no hace sino confirmar que, el problema de Euskadi va para largo.  Resulta inconcebible que una agrupación de conocida filiación proetarra, haya podido acceder a las instituciones y se haya hecho con un respaldo popular tan grande, como para posicionarse como la primera fuerza política en el País Vasco.

     Después de todo, no son pocos los ciudadanos que respaldan el terrorismo de ETA, puesto que si han arrasado en los comicios, es porque la mayoría de la sociedad vasca los apoya, quizás con la idea de una cercana secesión del estado español. Y uno se pregunta, ¿por qué no se les deja separarse de España de una vez y para siempre? Está más que claro que, el 90% de los vascos aspiran a la independencia de España y que si continúan integrados en el estado, es por la sencilla razón de que que les conviene mucho contar con privilegios y prebendas, sobre todo de tipo fiscal, que el resto de los españoles no tienen, a excepción de Cataluña.

     Si durante los últimos cincuenta años, el terrorismo vasco se ha cobrado la vida de casi un millar de personas y amenazado al resto del país con las armas, ahora con su brazo político instalado en los ayuntamientos y diputaciones, tiene nuevas armas y herramientas para continuar su labor de zapa y socavar el imperio de la ley, paradójicamente, con las leyes en la mano. El retiro de arcos detectores de metales y la prohibición de que los escoltas entren en los ayuntamientos con los concejales de la oposición a quienes deben proteger, es solamente el inicio de la ofensiva. Los próximos pasos serán, entre otros, llevar a los gudaris encarcelados por toda España, de regreso a Euskadi y liberarlos ahí. Utilizarán los casi 900 millones de euros con que los presupuestos les han dotado, para premiar a sus incondicionales y seguir promoviendo la secesión de España con dinero español.

     La reciente negociación del gobierno con el PNV, versión edulcorada del nacionalismo vasco, para sacar adelante todo tipo de programas, presupuestos y decretos en el Congreso, tendrán un precio quizás muy elevado para la estabilidad del país. El gobierno socialista, lejos de intentar corregir su desastrosa gestión de los últimos cuatro años, quema sus naves hasta las últimas consecuencias, con el fin de colocar la mayor cantidad de obstáculos al próximo gobierno, que con casi total seguridad ganará el PP. Pero en política todo vale, más aún todo aquello que dificulte las acciones del adversario, no importa que la sociedad y el país se vean perjudicados por sus acciones. Y los nacionalistas vascos sacan buen provecho de esa desunión para pedir, exigir y lograr todo lo que quieran.

     Tal vez ya sea hora, de que los vascos se las arreglen por sí mismos, de que se hagan responsables de su propio país, si es lo que quieren. Dejarles que se separen de España. Fuera de Bilbao, San Sebastián y Vitoria, Euskadi no es más que un montón de pueblos de vacas y ovejas, enriquecida gracias al esfuerzo de emigrantes de toda España y a las políticas cobardes del gobierno, de dar todo a cambio de nada. Cuando deban pagarse sus cosas y hacer frente a los violentos aburridos por la falta de aventura, se van a enterar de lo que vale un peine. Aunque esto no es más que una utopía, pues la clase política de España y Euskadi no lo permitirán, tienen demasiado bien montado el chiringuito para renunciar al mismo. El “ problema vasco”, es la excusa perfecta para seguir chupando de la teta, a costa claro está, de la sociedad y los ciudadanos.

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