martes, 14 de junio de 2011

POLITIZACION DE LA JUSTICIA

TRIBUNAL

LA JUSTICIA AL SERVICIO DE LA CLASE POLITICA

     La renuncia de varios de los jueces del tribunal constitucional, con carácter de irrevocable, sorprende a todos por igual. Esta decisión puede interpretarse en distintas claves, dependiendo de las consecuencias que de la misma se deriven y de las reacciones de aquellos que les han colocado en dicho tribunal, es decir, los partidos políticos. Para nadie es secreto que, los jueces del tribunal, son nombrados a dedo por los dos principales partidos, PP y PSOE, a partes iguales, por aquello de la paridad y equilibrio del poder.

     Todo ello por demás poco ético, ya que el espíritu de nuestra “democracia”, es la separación efectiva de los poderes del gobierno. Ningún poder puede estar supeditado a otro, pero en la práctica el poder judicial está al servicio de los dos restantes, el ejecutivo y el legislativo. ¿En qué momento se implantó ésta moda? Desde el momento en que el bipartidismo tomó el poder en España, para repartirse espacios de poder y colocar a sus afines en puestos clave de la toma de decisiones. En esa última instancia se deciden muchas de las problemáticas del país.

     Dependiendo de quien esté al timón del gobierno, el tribunal constitucional boga en una u otra dirección, beneficiando un poco más a quien se encuentra en la poltrona, pero sin olvidar al otro socio, al que también le arrima un poco de calor para que no se queje mucho. Pero lo inédito de la renuncia de los jueces, descoloca un poco a los partidos que, incapaces de ponerse de acuerdo en cuanto a la designación de los suplentes, sólo atinan a tirarse los trastos a la cabeza y no tienen más argumentos que la clásica cantaleta de “es que tú no cooperas”´. Y así llevan tres años sin nombrar relevos para los jueces que han terminado su mandato.

     En todo caso, los jueces han tirado por la ruta más corta que no es otra que la renuncia, pues en vista de los “marrones” que se les vienen encima por sus controvertidas decisiones, véase Estatut de Cataluña, legalización de Bildu, liberaciones de etarras, etc., y las que se avistan en el horizonte, han escurrido el bulto y que se las arreglen sin ellos. En el retorcido y enredado mundo de las lealtades políticas, la judicial es la más demandada puesto que garantiza impunidad y tanto PP como PSOE, no pueden darse el lujo de perder valedores en el tribunal constitucional, por lo que más temprano que tarde, llegarán a un acuerdo para nombrar relevos, antes si es posible, de las elecciones generales del año que viene.

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