martes, 28 de junio de 2011

BIENVENIDOS AL TEATRO

1298363439_0

LA COMEDIA DEL CONGRESO

     El pretendido debate sobre el estado de la nación, título rimbombante donde los haya, realizado ayer en el teatro del congreso, enfrentaba nuevamente al líder de la oposición y al presidente del gobierno. Aunque el programa teatral era de sobra conocido y esperado, el rifirrafe alcanzó cotas desconocidas, sobre todo en la oratoria de Rajoy, cuya verborrea desgranó lo mejor de todo lo que le habíamos escuchado hasta entonces, aunque la temática no tenía nada nuevo.

     Rajoy no dejó de dar cifras ya conocidas, de hacer valoraciones por todos sabidas y de increpar duramente a Zapatero por su inoperancia en la gestión de la crisis. Lo dicho, nada nuevo. Sólo que en ésta oportunidad el histrionismo del líder del PP, obtuvo un sobresaliente, vamos que ni Lee Strasberg le hubiese podido reprochar en nada su lucida actuación. Igual alguien le propone para el Oscar, el Goya, incluso para la Palma de Oro. Alguna cosa ganará, tanto talento no puede quedar sin premio.

     Al otro lado del telón, Zapatero hacía tremendos esfuerzos para darle la réplica a su partenaire, mostraba gráficos y acusaba a su oponente de no saber hacer otra cosa que pedir elecciones anticipadas. Todo era inútil, su rival ocupaba el podio al más puro estilo hollywoodense, jaleado por su fiel tropa que aplaudía todas y cada una de sus intervenciones, en un ejercicio de absoluta frivolidad, aunque la función ofrecida no merecía otra cosa que los aplausos del PoPulacho.

     Engrandecido por sus fans, Rajoy continuaba con su perorata y sus aspavientos, deslizando alguna sonrisa nerviosa y al mismo tiempo satisfecha, cada vez que alguno de sus comentarios provocaba el aplauso –¿improvisado o perfectamente preparado?- del “respetable”. Zapatero intentó en el segundo acto, recuperar parte del terreno perdido, aduciendo las innegables cualidades de Rajoy para el navegar en el sofá y su capacidad infinita para la mentira.

     Pero no había nada más que hacer, la comedia estaba decantada a favor del barbado opositor. El tercer acto, estuvo plagado de lo mismo, aderezado un poco por las alusiones literarias de los grupos nacionalistas, Llamazares comparándole con el mítico capitán Achab,  atándose al mástil de su barco para dar caza a “Moby Dick”, y Erkoreka aludiendo a “Murieron con las botas puestas”, al afirmar que su grupo estará al pie de sus escaños así, con las botas bien puestas.

     Una excelente comedia, sin duda. Lo que ya no es tan cómico, es que dicha función no ha servido para otra cosa, que la publicidad y exaltación de un candidato que pide elecciones anticipadas para aprovechar la coyuntura, y un gobernante acabado, al límite de sus fuerzas, pero que todavía se atreve a hacer promesas que le congracien con la sociedad. Ni Stanislawsky habría soñado con una representación tan absurda.

    

No hay comentarios:

Publicar un comentario